Una vida entre flores
Hace más de 24 años, Mariela Bustamante decidió cambiar el rumbo de su vida con un acto de pura intuición y pasión: crear arreglos florales. Sin formación previa, comenzó de forma autodidacta, inspirándose en revistas y aprendiendo con una florista de su comuna. Con el tiempo, transformó lo que parecía un oficio de fines de semana en una vocación de tiempo completo.
De bodas a oficinas: una florería que se adapta
Lo que empezó con ramos para matrimonios creció hasta convertirse en una florería reconocida en Rancagua. Mariela ha trabajado con grandes empresas como Codelco, manteniendo arreglos florales semanales en sus oficinas. La clave, según ella: compromiso absoluto y una entrega sin excusas.
“Aquí no importa si viene por una flor o por veinte. A todos se les atiende con la misma responsabilidad.”
Lo que hace única a su florería
Mariela mantiene un stock fresco gracias a reposiciones constantes desde el Terminal de Flores en Santiago, a pesar de la distancia. Su sello está en los detalles: composiciones florales sofisticadas, trato cercano y disponibilidad total.
Ella misma lo dice: “Hacemos las cosas con el corazón, y eso se nota.”
Sumarse a Red Floral: un paso al futuro
La invitación de Red Floral llegó como una señal. “Siempre admiré a Rosalinda. Cuando me llamaron, no lo dudé.”
Para Mariela, la plataforma no solo representa ventas, sino una oportunidad de aprendizaje y digitalización. “Todo lo que sé lo aprendí sola. Pero hoy quiero aprender más y llegar más lejos.”
¿Qué sueña Mariela?
Sueña con una florería más grande, con más clientes y con encontrar su “beta” digital. Está convencida de que el futuro está en conectar con nuevas audiencias a través de plataformas como Red Floral.